Samyama, es el camino hacia la liberación del yo. Se define como la agrupación que integra la mente, el cuerpo, la respiración, el intelecto y el yo. La agrupación de samadhi, dharana y dhyana, es difícil poder dividirla, estos tres aspectos del yoga son entidades independientes pero a la vez indivisibles en un sentido yoguico.
Dharana es centrar la atención en un aspecto único, de esta manera se consigue controlar la mente, concentrarla en un pensamiento sin que se disperse.
Dhyana, se consigue cuando esta concentración (dharana) se prolonga en el tiempo. Es un proceso en el que la persona se libera del dolor, de la tensión. Cuando aparece la tranquilidad y se adquiere paz en el interior, se siente una expansión que engloba el universo. Este proceso hace que la quietud se prolongue en el tiempo, y acaba por liberar a la persona del apego. Comienza una indiferencia hacia las alegrías y las penas, hacia el placer y el dolor, existe la ecuanimidad.
Samadhi, es la experiencia que se alcanza cuando se convierten en uno: lo conocido, el conocedor y lo cognoscible. La meditación abarca algo mucho más profundo que el meditador, es algo mucho más grande, se pierde la conciencia del yo para abarcar el infinito. Es un estado total de absorción, de unión con todo, uno está por encima de todo, se encuentra el sentido desde el silencia, en un estado de equilibrio en el que se mantiene la inteligencia del sujeto y la inteligencia global. Aunque este concepto se puede explicar intelectualmente es un proceso que se transforma en el corazón, este proceso es el fruto de un trabajo físico en la práctica de yoga unido a la respiración pero también de la mente con todos los procesos que engloba y que anteriormente se han definido.
Samyama, es el camino hacia la liberación del yo.
Namaste.