La meditación es una práctica que se utiliza para conseguir un fin en si misma o para reconocer un contenido sin sentirse identificado con él.
Se suele utilizar para:
- relajar a la persona
- equilibrar la energía interna (se refiere al sistema nervioso)
- desarrollar la compasión, el perdón, la generosidad, la paciencia…
- mejorar la concentración y así aprender a vivir el presente de forma consciente.
Se lleva practicando desde hace miles de años para conectar a la persona a su yo más profundo o a su espiritualidad. La meditación no constituye una religión en sí misma, aunque algunas religiones la siguen practicando dentro de sus creencias.
La meditación no deja de ser una disciplina para calmar la mente y acallar los pensamientos que la desbordan. La persona consigue entrenar la mente de forma consciente, llegando a conseguir beneficios; por ejemplo, reconocer algo sin identificarse con ese algo o simplemente meditar como un fin en sí mimo.
El termino de meditación en la cultura occidental se relaciona con el ejercicio intelectual y por otro lado, está el término de contemplación con una connotación religiosa. En la cultura asiática está relacionada con el término dhyana a una definición similar a la contemplación.
CARACTERÍSTICAS:
- Lleva a la persona al momento presente.
- Los pensamientos son focalizados en la respiración, en los sonidos, en un mantra…
- La mente se disuelve siendo libre de los pensamientos.
- La persona consigue concentrarse y mejorar sus rendimientos.
REDUCCIÓN DEL ESTRÉS
La persona cuando se concentra hace que disminuya el estrés, se producen cambios físicos en la ínsula y en el hipocampo que son encargados de mejorar la memoria.
ESTUDIOS:
Diversos estudios por todo el mundo asocian la meditación a cambios físicos en el cerebro, cuando el sistema nervioso cambia, también lo hace el sistema endocrino y por consiguiente el cuerpo entero, Massachusetts, 2006. Los estudios se han realizado en pacientes sanos a los que se les observaba la corteza cerebral mediante imágenes de resonancia magnética. Las partes del cerebro relacionadas con la atención, el procesamiento sensorial o la intercepción se volvían más espesas cuando la persona meditaba. Se puede relacionar la meditación con cambios estructurales en algunas regiones del cerebro, como la parte cognitiva, emocional o sensorial. Pudiéndose reducir de esta manera el envejecimiento, ya que se disminuyen los niveles de cortisol en el cuerpo con la práctica constante de esta disciplina milenaria.